Cual fría noche de otoño llegaste
Ánima lúgubre y nociva
esperando siempre el peor momento
Indiferente e inoportuna,
irrumpiste sin siquiera acusar de tu venida
a recaudar por la fuerza mi maldita fortuna
Sí, te veo, directo a los ojos
Mi bien no quiero dejar.
Imposible
Pues el tiempo ha llegado, con tu deber debes cumplir
Pues si no queda otra, a tu encuentro debo ir
Perdona, el problema no somos ni tu ni yo
Es solo la simple y dura ley de la vida
Ya a esta altura lo habrás descubierto
Que si te traje río abajo es para callarte
Para con pólvora y plomo borrarte
DONGA
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